La lucha entre lo femenino y lo masculino en la terapia ocupacional
Resumen
Antes de entrar a la universidad a estudiar la carrera de Terapia Ocupacional (T.O.), como creo que a muchos nos sucedió cuando ingresamos, sabía muy poco de ella. Tenía nociones básicas que la relacionaban con la salud, con el Instituto de Rehabilitación Infantil Teletón, y con una serie de elementos y fenómenos que le valían la categorización de "una muy bonita carrera". A su vez, dentro de esta misma categorización se encontraba la idea de ser una carrera compuesta principalmente por mujeres. Ante ello, recuerdo con particular detalle el comentario de un grupo de amigos que entre sonrisas de picardía y seriedad, al momento de comentarles mi decisión, me dijeron "esa carrera está llena de mujeres", y que aparentemente al decidir formar parte de ésta disciplina, automáticamente yo me volvía más mujer. En aquel momento lo tomé como un simple comentario al que no debía prestar gran atención, pero que una vez dentro de la universidad pude corroborar; de los 55 nuevos integrantes de la carrera, solo 12 éramos hombres, de los cuales al final de ese mismo año solo quedábamos 8. Misma situación se repitió en años anteriores y se seguía repitiendo en las generaciones siguientes, donde en promedio ingresaban 7 a 9 hombres.